domingo, 5 de agosto de 2012


EDITORIAL.
UNA COMPLETA IRONÍA
El momento ha llegado, todo un colegio se paraliza con tan crucial acontecimiento, aquí no valen lagrimas, ni gritos, ni sobresaltos, la tensión se siente, se hace evidente, ellos andan con la cabeza abajo como si el destino ya estuviese marcado, algunos corren callados con muchos trabajos en la mano pidiendo ayuda, se les nota angustiados porque saben  que no habrá una tercera oportunidad, lo que hagan hecho estará; aquí no hay victimas, ni victimarios, solo un sector afectado, ajeno al caso que se niega a ser escuchado.

Dejemos tanto drama, los planes de mejoramiento se convirtieron irónicamente en eso un drama que tiene afectado a docentes y a buenos estudiantes que sin tener velas en este entierro son los más perjudicados. En alguna ocasión había mencionado que la pérdida de clases se estaba convirtiendo en una amenaza para los estudiantes y docentes que a final de periodo pagan los platos rotos al no tener suficientes notas para pasar el periodo, esta vez ocurre el mismo problema pero con otro causante: los planes de mejoramiento.

Si bien es cierto, los estudiantes que perdieron asignaturas tienen derecho a una “segunda oportunidad”, a una ayudita extra que les permita recuperar la nota, esta salvación mal llamada plan de mejoramiento realmente lo que esta haciendo es desmejorar notablemente a los buenos estudiantes que a causa de lo anterior pierden valiosas horas de clases que de seguro no serán recompensadas, lo peor del caso es que los estudiantes que recuperan no hacen buen uso de la oportunidad que se les esta brindando, luego lloran sobre la leche derramada apoyándose de alguna disculpa para justificar su error. Que falta de consideración. 

Si se preguntan el porque el plan de mejoramiento es un desmejoramiento es por una sencilla razón, los docentes cada clase centran su atención en los jóvenes que recuperan y nosotros, los buenos estudiantes, los que dimos todo en el periodo, los que trasnochamos y nos quemamos las pestañas nos quedamos haciendo nada, así es nada, durante algunas clases nos convertimos en unas sillas mas, algunos duermen, escuchan música, ríen, juegan con pelotas dentro del salón (como somos “sillas” esto no importa) y aunque el hacer nada no nos afecte directamente muy en el fondo sabemos que es aburridor y muy pero muy en el fondo reconocemos que al perder clase estamos perdiendo además de plata, conocimiento.

No pretendo ser mala ni que me tilden de envidiosa al no querer que mis compañeros recuperen las asignaturas pero ¿ayudar a unos poco y perjudicar a muchos? Juzguen ustedes. Aunque este es el problema hay algo que no esta “cuadrando”, soluciones hay una de las mas viables es que los estudiantes que deben recuperar lo hagan en jornada contraria, siendo este un peso que deben asumir por su falta de compromiso, el problema como cosa rara es que estas peticiones no son escuchadas y justamente no son los buenos estudiantes  (siendo ellos los perjudicados) los que a gritos hacen esta petición, esta vez son los docentes que en repetidas ocasiones han planteado lo mismo ante nuestro ocupadísimo coordinador (un verdadero milagro que esta vez no sea protagonista el rector, pero de todas maneras debería reconocer estas falla) que al parecer se hace el de los oídos sordos ante sus <<colegas>> que desesperados piden una solución.

Quien iba a creer esta vez las cosas son distintas, malos estudiantes estudiando, profesores no escuchados y un rector ajeno a todo caso, una semana al revés que si no se soluciona pronto se volverá a repetir a principios del siguiente periodo. Ojala los resultados de la mayoría de los estudiantes fueron buenos, ojala hubiese una respuesta para esta situación, ojala no se siga entorpeciendo el normal desarrollo de las clases y ojala terminados los planes de mejoramiento se pueda empezar este tercer periodo como debe ser aunque de seguro tendrá muchas mas sorpresas.

Danna Ruiz.