domingo, 1 de septiembre de 2013

Editorial
HÉROES DEL ANONIMATO
Esta semana rompió los límites de la cotidianidad,  era de esperarse con un panorama nacional y local preocupante,  un ambiente tenso que lleva al borde de la locura por la pronta auditoria y una expectativa rota al creer que después del ICFES el panorama escolar cambiaría, algo así como menos, muchas menos tareas.

Definitivamente esta fue una de esas semanas en la que uno como estudiante se limita a sentarse, observar, cuestionarse y reírse sarcásticamente de ciertas actitudes y acciones de uno que otro personaje fuera de casillas por una situación que se avecina. Ya sabrán a cual me refiero. 

Quise dejar todo lo anterior en el tintero y tratar un tema que por lo visto no importa mucho dentro de nuestra comunidad educativa. En estos días también noté  una construcción poco inusual y de inmediato como un fuerte déjà vu o más bien el cumplimiento de una premonición, dejé a un lado el asombro porque era algo que ya se veía venir, es de consentimiento que proyectos como Planatranim, si no es el único, cuenta con un apoyo de tal magnitud que puede paralizar las actividades de todo un colegio  o mover ciertas “fichas claves” para que cualquier cosa a su beneficio  ocurra,  si bien, se han ganado a punta de creces, trabajo y sacrificio,  dicho apoyo y acompañamiento, pues es un proyecto que  ha sacado la cara por la institución, que ha llevado y posicionado el nombre de nuestro colegio  hasta donde nadie había podido , pero también es de conocimiento que presenta ayuda externa, por ejemplo la de Colciencias que contribuye a la fortaleza del proyecto.

Es ahí cuando uno se pone a pensar por qué nuestro colegio no se la juega por otros proyectos de la institución que aún no caminan porque no tiene el apoyo suficiente, lo que se ve reflejado en el “pereque”  que le ponen a cada idea que tienen, proyectos como el de la emisora escolar  que a paso lento, con muchas ganas y sacrificio han tratado de tomar un rumbo en medio de la desolación. A lo mejor a pocos les interesa, a lo mejor un proyecto como este no dará mayores reconocimientos, son sólo conclusiones sueltas que cualquiera podría llegar a deducir, lo triste  es que aún en la mente de otros docentes existen proyectos que podrían ser interesantes, pero ante la indiferencia que se respira a lo mejor prefieren no gastar su tiempo, intentando hacer surgir algo que puede quedarse como sólo palabras en el viento.

La desigualdad y el desinterés, esos que golpean en silencio,  no solo se ven en los proyectos  institucionales, lo que muchos no saben, es que esos rostros de estudiantiles cansados y perezosos esconden grandes talentos y méritos que no todo el mundo posee, de vez en cuando los docentes y directivos deberían cruzar la barrera entre ustedes y nosotros, de este lado no sólo hay nadadores de talla nacional, en lo más profundo de esos salones se esconden poetas empedernidos, grandes pensadores, amantes de las buenas letras,  apasionados de la fotografía, jugadores de ultímate y para ser mas específicos, una talentosa consejera, un futuro político de este país, una atleta, un experto en judo,  un porrista,  varios ingeniosos scouts, un colombiano con corazón japonés que ya se defiende con el idioma,  muchos compositores, varios escritores polifacéticos,  uno que otro indignado  que protesta con ideas, hasta jóvenes que han salido en la prensa local o han escrito en periódicos o revistas.

¿Por qué no reconocer a estas personas? ¿Por qué  no darle mérito a quienes ganan becas para una semana intensiva de estudio  o quienes viajan a otro departamento  representando nuestra región? No se exigen grandes premios, por lo menos sería agradable conocer aquellos estudiantes que triunfan en el anonimato.

Está de moda dejar todo en el aire, todo en el tintero, todo en el olvido. Esperemos que pasará en esta semana que augura preocupación y misterio, ojalá hasta la próxima entrega aún no hayamos enloquecido.