Editorial
HÉROES DEL ANONIMATO
Esta semana rompió los
límites de la cotidianidad, era de
esperarse con un panorama nacional y local preocupante, un ambiente tenso que lleva al borde de la
locura por la pronta auditoria y una expectativa rota al creer que después del
ICFES el panorama escolar cambiaría, algo así como menos, muchas menos tareas.
Definitivamente esta
fue una de esas semanas en la que uno como estudiante se limita a sentarse,
observar, cuestionarse y reírse sarcásticamente de ciertas actitudes y acciones
de uno que otro personaje fuera de casillas por una situación que se avecina.
Ya sabrán a cual me refiero.
Quise dejar todo lo
anterior en el tintero y tratar un tema que por lo visto no importa mucho
dentro de nuestra comunidad educativa. En estos días también noté una construcción poco inusual y de inmediato
como un fuerte déjà vu o más bien el cumplimiento de una premonición, dejé a un lado
el asombro porque era algo que ya se veía venir, es de consentimiento que
proyectos como Planatranim, si no es el único, cuenta con un apoyo de tal
magnitud que puede paralizar las actividades de todo un colegio o mover ciertas “fichas claves” para que
cualquier cosa a su beneficio
ocurra, si bien, se han ganado a
punta de creces, trabajo y sacrificio,
dicho apoyo y acompañamiento, pues es un proyecto que ha sacado la cara por la institución, que ha
llevado y posicionado el nombre de nuestro colegio hasta donde nadie había podido , pero también
es de conocimiento que presenta ayuda externa, por ejemplo la de Colciencias
que contribuye a la fortaleza del proyecto.
Es ahí cuando uno se pone
a pensar por qué nuestro colegio no se la juega por otros proyectos de la
institución que aún no caminan porque no tiene el apoyo suficiente, lo que se
ve reflejado en el “pereque” que le
ponen a cada idea que tienen, proyectos como el de la emisora escolar que a paso lento, con muchas ganas y
sacrificio han tratado de tomar un rumbo en medio de la desolación. A lo mejor
a pocos les interesa, a lo mejor un proyecto como este no dará mayores
reconocimientos, son sólo conclusiones sueltas que cualquiera podría llegar a
deducir, lo triste es que aún en la
mente de otros docentes existen proyectos que podrían ser interesantes, pero
ante la indiferencia que se respira a lo mejor prefieren no gastar su tiempo,
intentando hacer surgir algo que puede quedarse como sólo palabras en el
viento.
La desigualdad y el
desinterés, esos que golpean en silencio,
no solo se ven en los proyectos
institucionales, lo que muchos no saben, es que esos rostros de
estudiantiles cansados y perezosos esconden grandes talentos y méritos que no
todo el mundo posee, de vez en cuando los docentes y directivos deberían cruzar
la barrera entre ustedes y nosotros, de este lado no sólo hay nadadores de
talla nacional, en lo más profundo de esos salones se esconden poetas
empedernidos, grandes pensadores, amantes de las buenas letras, apasionados de la fotografía, jugadores de
ultímate y para ser mas específicos, una talentosa consejera, un futuro político
de este país, una atleta, un experto en judo,
un porrista, varios ingeniosos
scouts, un colombiano con corazón japonés que ya se defiende con el
idioma, muchos compositores, varios
escritores polifacéticos, uno que otro
indignado que protesta con ideas, hasta
jóvenes que han salido en la prensa local o han escrito en periódicos o
revistas.
¿Por qué no reconocer a
estas personas? ¿Por qué no darle mérito
a quienes ganan becas para una semana intensiva de estudio o quienes viajan a otro departamento representando nuestra región? No se exigen grandes
premios, por lo menos sería agradable conocer aquellos estudiantes que triunfan
en el anonimato.
Está de moda dejar todo
en el aire, todo en el tintero, todo en el olvido. Esperemos que pasará en esta
semana que augura preocupación y misterio, ojalá hasta la próxima entrega aún
no hayamos enloquecido.