domingo, 3 de marzo de 2013


EDITORIAL.
JUNTOS HACEMOS LA DIFERENCIA
6:15 am el miedo era latente, se exhalaba angustia, ¿era posible que en tan solo una semana tantas cosas hayan pasado? Hoy era el gran día, toda una semana de exhausto trabajo  que como consecuencia dejo la perdida de voz y fuerza, tan solo existía el regocijo de salir triunfante. Ya los tres habían planeado todo, cada palabra, la voz de aliento que se daría, el pequeño pero conmovedor discurso final, hasta sus expresiones al momento de ser nombrados.

El 28 de febrero se decidió la suerte de los tres jóvenes líderes que asumirán la responsabilidad de tener fuerte voz pero nulo voto, se convertirán en un buzón de sugerencias móvil que luchará a como dé lugar por defender a su congénere; aquella persona que recibirá regaños, no como respuesta, alguno que otro elogio pero sobre todo falsas recriminaciones. El pasado jueves se vivió en nuestra institución la jornada electoral que daría como resultado la conformación del gobierno estudiantil: personero, contralor, comisario y patrullero ambiental, el grupo perfecto que trabajara en pro de los estudiantes.

Aunque todos los cargos son importantes, o más bien, cada quien le da la importancia a su puesto, debemos resaltar al personero estudiantil. Durante una semana Danna Ruiz, Sergio Jaramillo y Santiago Luna junto a sus respectivas formulas, emprendieron la ardua tarea de convencer o por lo menos sembrar un poco de confianza a más de 500 estudiantes. Tras la decisión tomada por el jefe de área de sociales, de realizar “debates personalizados” desde primero a octavo grado y un debate general con 9° 10° y 11°. A decir verdad, siendo participe de cada evento, los debates personalizados fueron un éxito total, los estudiantes a lo mejor se sintieron más seguros y bajo ninguna presión lograron hacer de cada debate toda una asamblea estudiantil, donde sin miedo alguno confrontaron a los candidatos, quienes no lograron evadir o persuadir a los sensatos estudiantes que lanzaban a quemarropa tiros de palabras llenos de quejas, reclamos, propuestas, hasta advertencias sobre nuestro cumplimiento y responsabilidad que asumiríamos al ser elegidos; nos prevenían de una posible revocatoria del mandato si se daba el caso, quedamos atónitos al escuchar estas contundentes palabras provenientes de un grupo de séptimo grado.

Ya en el debate general, las cosas fueron distintas, no había la espontaneidad que se vio en los anteriores grados, no se dio el suficiente espacio para exponer las propuestas, mucho menos para lanzar las preguntas y obtener una óptima respuesta, debido a las numerosas intervenciones del docente que denotaban cierta imparcialidad que lo único que dejaron fueron manos alzadas con palabras en la boca de varios estudiantes decididos a participar, no puedo negar que quede perpleja ante la situación, no se llevó a cabo un completo debate, tratándose de los estudiantes con más capacidad de cuestionar y razonar, agregando la oportuna participación de los alumnos, debió tratarse de un debate con más libertad, donde el tiempo no fuera limitado, pues cada cuestionamiento se tornaba interesante. Ha sido de los pocos momentos donde los estudiantes se expresaron abiertamente, es más hasta los docentes presentes, trajeron a acotación temas de vital importancia en la institución, sin embargo a pesar del limitante llamado tiempo, se logró obtener un buen resultado aunque no el que esperaba.

Entre tanto, luego de realizar campañas nunca antes vistas, llego el día final, el decisivo, que no queríamos que llegara pero era inevitable, entre los candidatos primaba un acuerdo “sin importar el ganador juntos serian un equipo que trabajaría en cada propuesta planteada”, así fue, como ganador del premio más satisfactorio (ser un líder y agente activo de cambio), fue quien en este momento les escribe, pero mi felicidad más que propia fue compartida con los demás candidatos, pues este año se busca trabajar juntos, hacer la diferencia, ir más allá de un gobierno o una personería monótona que cumpla por cumplir, en este 2013 queremos cambiar porque haremos lo imposible.

Danna Ruiz Peña