domingo, 21 de abril de 2013

Editorial.
UNA EXCUSA PARA ESCRIBIR
“Considero que el escritor debe empezar a escribir cuando, primeramente, tiene algo que decir, y en segundo lugar, cuando sabe como decirlo” Alejo Carpentier. Los elementos están puestos sobre la mesa, puede que se de la combinación perfecta que dé como resultado el producto exacto, cargado de sentimiento, emoción, una lagrima de alegría, un recuerdo y una gota del sentir poético que cada quien lleva muy adentro. 

Así es, la oportunidad perfecta llegó de la manera más irónica, en una carta, en la cual la Institución Educativa Técnica Empresarial Alberto Castilla hacía una cordial invitación a los jóvenes de grado Décimo y Once, docentes, directivos y administrativos de la comunidad educativa, se busca dejar escapar los más profundos sentimientos, plasmados de la mejor manera, en las letras. “A veces llegan cartas” es al segunda versión del concurso intercolegiado de cartas de amor, donde el participante debe enviar una carta inédita, expresando a su manera el tema del amor, dirigida a quien desee manifestar y sobre todo firmada con un seudónimo.

El escritor cubano Alejo Carpentier, expresó de la mejor manera la situación de los escritores aficionados del Nusefa, me sorprendió el saber la cantidad de jóvenes interesados por participar, a leguas se les notaba el afán por decir algo, por expresar ese sentimiento represado, sabían como decirlo: mediante una carta, el mejor medio para desahogarse de la más oculta y cobarde forma, pero la única capaz de comunicar los pensamientos y sentimientos más recónditos. 

Durante una semana, como si realizara un experimento, me propuse analizar detalladamente el panorama, no fue otro que el de algunos jóvenes sentados en un rincón con un lápiz en la mano, escribiendo, tachando y pensando en las palabras propias que reflejaran su más profundo sentir, dejaron atrás todo, se entraron en un mundo donde el contacto hoja-lápiz es tan poderoso que en momentos hacía sacar una lagrima o una sonrisa, aquellos seres ermitaños que prefirieron la escritura que las horas libres que tenían, estaban en un éxtasis literario. 

El concurso “a veces llegan cartas” fue una excusa para escribir o respirar, que en este caso es similar, fue el medio para desahogarse, confesar un sentimiento incógnito, del cual (en la mayoría de las veces) no se tiene conocimiento, algunos hicieron contacto con ese poeta que llevan dentro, ese que plasmó en una hoja las líneas mas sensibles y amorosas para su amado o amada, porque en este caso no sólo los hombres confesaron un amor, las mujeres dejaron escapar ese sentimiento que sólo este género puede disimular a la perfección. 

Son muchas las almas enamoradas que esperaban la ocasión perfecta para dejar volar su espíritu, para dejar escapar esa sensación represada que algunos acompañaron de toques literarios, confesaron el trajín de su vida combinándola con una historia novelesca, cargada de suspenso, inquietud y otro en manojo de sentimientos, y es que hay de todo: historias de un amor imposible, irreal, nunca contado, poco experimentado, lleno de pasión o aquel que se vale del recuerdo y no podría faltar el que expresa su sentimiento citando los mas finos versos de grandes poetas que aluden al amor. 

Este concurso, sin duda, es una gran oportunidad, para aquellos jóvenes amantes de la escritura, que se entregan palabra por palabra, es gratificante saber el interés que han mostrado los jóvenes nusefistas, resta agradecer la invitación del colegio Alberto Castilla, esperamos que dentro de los tres finalistas esté una carta Nusefista, a lo mejor sea este estudiante un futuro Borges, Benedetti, José Martí o una Gabriela Mistral o una Alfonsina Storni, o cualquier otro escritor empedernido que desde hoy demuestre tener vena literaria.

Danna Ruiz Peña.