EDITORIAL.
ASÍ NO SE PUEDE
¿Semana de receso? ¿Qué es eso? El significado de aquella palabra se
borró simultáneamente, no se escuchó el grito de gloria que por años ha
anunciado felicidad, era extraño, en vez de tranquilidad sentíamos rabia, era enigmático
¿en que estaban pensando? Estábamos indignados y frustrados, nuestros planes se
vendrían abajo.
Muchos se preguntaran que ocurrió, puede que el “problemita” no les
cause el coraje que estoy sintiendo o a lo mejor se sientan identificados, me
perdonaran si hiero la susceptibilidad de algunos, no es mi intención, de igual
manera recuerden que cualquier comentario es valido (ojala algún día alguien “sin
oficio” pero consiente de nuestra labor opinara sobre algún artículo, para
nosotros sería importante) en fin espero me entiendan.
La mayoría por no decir todos anhelaban la semana de receso, docentes y
estudiantes esperaban que aquel viernes a última hora sonara la campana, y ocurrió,
pero algo raro sucedía, parecía un viernes común y corriente, nosotros los
estudiantes de décimo B así lo sentíamos, estábamos pasmados, atónitos e
insatisfechos pues en la semana de
descanso no habría de eso… descanso. Me dirán exagerada, pero no es así, como
estar tranquilos si nos dejaron un “mundo” de tareas, aquí voy, no se asusten: leer
una obra, hacer una unidad completa del libro de Inglés, dos talleres de Contabilidad,
ejercicios de Trigonometría, consultas de Química y Religión, sin contar una
extensa hoja titulada cero estrés, ¿a
quien se le ocurre colocarle dicho nombre cuando contiene los trabajos de tres
materias distintas?, donde se piden conclusiones, crucigramas, cuadros sinópticos,
consultas, carteleras y juegos lúdicos ¿en que estaban pensando? Acaso creen
que no merecemos descansar un poco, algunos nos levantamos por tarde a las 4:30
a.m y “laboramos” once horas diarias porque no basta con las siete horas del
colegio, también en nuestras tardes que muchos creen son desocupadas, realizamos
tres horas de práctica empresarial, por cierto es otra cuestión, a muchos
obligatoriamente nos toca asistir en esta semana de receso porque “adquirimos
un compromiso”, además 880 horas no se hacen solas.
Entonces es ahí donde yo digo para que semana de receso cuando nos dejan
la tarea de un mes entero, exagero, pero realmente es mucha, da lo mismo, al
fin solo descansaremos uno o dos días y ni hablar de quienes tenían planeado
viajar así fuera a Gualanday, ¿Cómo? Por ahí escuche que algunos se llevaron los
deberes, pero no hay derecho, sería mejor que no nos dieran la semana, al menos
no nos dejarían tanta tarea, me aguanto por si acaso leer la obra porque puede
que me guste y tarde o temprano la tendría que leer y a lo mejor haría la
unidad de inglés porque las actividades son interesantes, pero ¿el resto? Se los
dejo a consideración.
Mis planes se vinieron abajo, no podre “dobletiarme” ósea, no hacer ocho
sino cuatro horas diarias en práctica empresarial porque debo hacer tareas,
creer que me pude haber hecho 40 horas que son tan valiosas, ahora si acaso 20
por mucho. No se ustedes pero yo siento indignación y tristeza, ahora puede que
los docentes también estén ocupados, pero al menos ellos no se tienen que
preocupar ni viven con la absurda amenaza de que cualquier mala nota en el
periodo puede ser crucial para perder una materia.
No escribo más porque a lo mejor si hiera la susceptibilidad de muchos, perdón
por lo insistente pero aun no lo supero llamarla ¿cero estrés? Que burla y que
falta de respeto para con nosotros, tocara cumplir, porque con una nota baja me
tiro el periodo, antes recordar que no solo nuestro salón fue víctima de este
atropello, otros también no de la misma manera pero tampoco es justo, ¡adiós
semana de descanso no podre disfrutarte! No diré mis populares ojalas porque
esperanza ya no hay; ¿una semana alcanzara para todo eso? ¡Señor ilumínanos! Espero
que ustedes puedan cumplir con todo y… a trabajar.
Danna Ruiz.